Cae el sol en la heroica y sabes que aunque terminó el día, Cartagena de indias tiene más sorpresas para ti. El encanto de esta ciudad queda al descubierto en la noche cuando los faroles coloniales se encienden y llenan de amarillo cada espacio del corralito de piedra. Quienes nos visitan, cuentan que la ciudad se ve perfecta y es justo después de las 6 de la tarde cuando la magia empieza a suceder.
Los románticos aprovechan la oportunidad para dar un paseo en carroza, poder ver Cartagena de otra forma, sentir y vivir ese ambiente que trae el pasado al presente.
Las plazas y las murallas se visten de elegancia. Los que quieren relajarse eligen los cafés y restaurantes al aire libre, el plan es sólo disfrutar de buena compañía y la atmósfera especial que recrean los acordeoneros y palanqueras quienes alegran las noches con música, color y lo mejor del caribe.
Algunos visitantes prefieren lugares más informales y para ellos el recomendado es Getsemaní. En la plaza de la trinidad se reúnen los mochileros y turistas de todas partes del mundo, es el escenario perfecto para descubrir nuevas culturas, escuchar historias viajeras y tener un encuentro con la bohemia y el arte urbano.
Y claro, no podíamos dejar de mencionar la calle del Arsenal porqué en este lugar encuentras los mejores bares y discotecas de la ciudad. La música es variada; encuentras espacios temáticos, unos dedicados a la música autóctona del caribe y otros a la música internacional.
Las noches en Cartagena son inspiración para los románticos, gratos recuerdos para los amigos y el plan de septiembre recomendado por el Hotel Almirante.
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